HNO-Mallorca | Enfermedades del oído

Enfermedades del oído

En nuestra consulta, a menudo vemos pacientes con otitis externa (inflamación del conducto auditivo externo), también conocida como badeotitis, durante los meses de verano. Se trata de una infección dolorosa del conducto auditivo externo. El tratamiento local con pomadas antibióticas suele ser suficiente. Es importante que el conducto auditivo se limpie profesionalmente con un microscopio y una ventosa para que se cure rápidamente. A menudo se encuentra cerumen, que puede actuar como depósito bacteriano al entrar en contacto con el agua de la piscina, desencadenando la infección en primer lugar. Los médicos generalistas no suelen disponer del equipo técnico adecuado para ello. Las infecciones por hongos también son frecuentes. Aquí, sin embargo, se obtiene una imagen clara al microscopio, de modo que podemos suprimir rápidamente el proceso con pomadas antifúngicas.

Las enfermedades cutáneas del conducto auditivo externo, como el eccema del conducto auditivo externo, están muy extendidas. Los pacientes suelen quejarse de molestos picores en los oídos. La causa suele ser la falta de grasa en la piel, que se trata con pomadas adecuadas.

Una y otra vez vemos pacientes con los llamados barotraumatismos de oídos después de bucear o volar, cuando la nariz no estaba despejada y la compensación de la presión no funcionaba. Por desgracia, estos pacientes suelen tener daños en el oído interno, que deben ser tratados con urgencia y rapidez por un especialista. Cuanto antes se inicie el tratamiento, mejor será el pronóstico.

Las infecciones del oído medio pueden estar causadas por virus o bacterias. Pueden ser muy dolorosas, ya que el tímpano está presurizado por la secreción de la herida y también puede reventar. El tratamiento mejora al cabo de 2 o 3 días.

Importante: El paciente no debe volar con una infección del oído medio.

En el caso de las enfermedades del oído interno, la pérdida de audición súbita aguda es siempre una urgencia. Se caracteriza por una pérdida repentina de audición, normalmente en un lado, combinada con un pitido o zumbido en el oído afectado (acúfenos). Los pacientes tienen la sensación de tener algodón en los oídos. En el 30% de los casos, se producen mareos al mismo tiempo. Esto suele deberse a trastornos circulatorios en el oído interno. En general, sin embargo, cabe suponer un desarrollo multifactorial. El estrés desempeña un papel, al igual que las desalineaciones en las vértebras cervicales y las enfermedades vasculares. Para lograr buenos resultados de curación, es necesario un tratamiento especializado precoz.

Muchos pacientes acuden a tratamiento con acúfenos agudos o crónicos. Los acúfenos son ruidos percibidos subjetivamente en el oído (pitidos, zumbidos, silbidos o siseos) que pueden ser unilaterales o bilaterales. Pueden ser regulares o pulsátiles. Pueden ser estables en intensidad y frecuencia o cambiantes. Los acúfenos suelen proceder del oído interno, pero las enfermedades del oído medio también pueden ser responsables (otosclerosis). Las causas son múltiples. Las enfermedades cardiovasculares y la vasoconstricción pueden ser en parte responsables, las alteraciones de la columna cervical, la intoxicación y los efectos secundarios de los medicamentos también se han identificado como “culpables”.

Sobre todo en los casos crónicos, colaboramos estrechamente con el cardiólogo (ecografía carotídea), el traumatólogo y el neurólogo. Al igual que en el caso de la sordera súbita, es muy importante iniciar rápidamente el tratamiento del acúfeno agudo, que no desaparece por sí solo en 24 horas, para optimizar las posibilidades de éxito de la terapia.